Por: Nathanael Pérez Neró
Elizabeth Jiménez ilusiona a la natación dominicana con aportar esas medallas que tanto se ha esperado y a su familia con la posibilidad de conseguir una beca universitaria en los Estados Unidos. Apenas tiene 16 años, el colegio, las clases de inglés y la piscina absorben casi todo su tiempo y la Internet recoge cómo triturar marcas nacionales no es nada nuevo.
El más reciente quiebre fue la semana pasada en una prueba donde llegaba por primera vez (los 400 metros combinados), uno que llevaba un cuarto de siglo sin tocarse. La espigada de 5’11 pies batió la marca que impuso Shaderska Pérez en 1997 y la fijó en cinco minutos, ocho segundos, cincuenta y siete centésimas (5:08.57).
Es un tiempo que la pondría en la final de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018.
Si bien la especialidad donde presenta mayor potencial es en los 100 y 200 metros dorsos su versatilidad le permite adaptarse a otros estilos, como los 200 y 400 libres.
Para Roberto Peña, su entrenador en los Marlins del Club Arroyo Hondo y quien lleva casi 30 años impartiendo docencia, con Elizabeth se está ante un talento especial.
“No es común ver un talento así, ella es una excepción. Los números están ahí”, dice Peña a DL. “No me sorprendió su récord, porque ese talento está ahí, eso solo lo tiene que trabajar”.
Las ofertas universitarios ya han comenzado a llegar y en su entorno evalúan cuál tomar. “Desde niña venía mostrando todo su talento, siempre ha trabajado muy duro. Es una estudiante que escucha demasiado, diría yo, creo que ella es muy madura para su edad y para todo lo que ha hecho, demasiado madura”, explica Peña.
El despegue
Jiménez, hija del matrimonio formada por Samira Garrido y Emilio Jiménez, ya ha sido incluida en el Programa de Atletas de Alto Rendimiento y Nuevos Valores (PARNI) y en el Creando Sueños Olímpicos (CRESO) y entiende que 2021 marcó su despegue, unas plataformas que les garantizan participar en las competencias del ciclo.
En octubre asistió a los Juegos Panamericanos Juveniles en Cali, Colombia, donde quedó cuarta en los 100 metros espalda y quinta en el relevo combinado 4X100, y en diciembre en fue al Mundial de mayores en Abu Dhabi ancló 17 entre 25 participantes en los 200 metros espalda.
“Fue una experiencia súper chula, conocí muchísimo, aprendí muchísimo y de ahí salió esa hambre en mí de seguir mejorando”, dice Jiménez.
“A mí también me sorprendió el tiempo que hice para romper el récord. Al principio no me lo podía creer, como fue mi primera vez nadando esa prueba fue algo muy loco de verdad”, dice Jiménez, que este año tiene de frente los Juegos Bolivarianos en Valledupar, Colombia, y el Mundial de mayores en Budapest, Hungría.
De momento, economía es la carrera que más le llama la atención mientras cursa el penúltimo año de la educación secundaria.
Medallas y la piscina
Desde los Centroamericanos y del Caribe hasta los Olímpicos, incluyendo los Panamericanos, la mayoría de medallas que reparten los juegos multideportivos están en las piscinas, seguidos del atletismo y la gimnasia.
Sin embargo, la República Dominicana ha carecido de programas para sacar provecho a este nicho. Los costos de mantener un complejo acuático y el precio de las indumentarias de competencias son citadas a menudo como una pared.Peña coincide y pone el ejemplo de los uniformes, que en el caso del femenino rondan entre los US$400 y US$600 y tienen una vida útil corta. Una carga pesada hasta para las familias de clase media.