Mel Rojas Jr., nació en Indianápolis en 1990 mientras su padre, Melquíades, lanzaba en la sucursal AAA de los Expos antes de ser llamado ese año al Big Show. Creció entre Estados Unidos y Santo Domingo, pero le debe a Corea del Sur gran parte del nombre que ha hecho en el diamante y de los depósitos bancarios de siete dígitos que crearon su patrimonio.
El jueves, Rojas ingresó a los libros de récords de la Korean Baseball Organization (KBO), la liga profesional de la parte sur de la península coreana. Se convirtió en el extranjero con más cuadrangulares en ese circuito, uno que nació en 1982 y que en 2024 atrajo a casi 11 millones de espectadores e ingresó 499 millones de dólares, solo detrás de la MLB y NPB (Japón) en ambos rubros.
El jardinero liceísta que batea a ambas manos logró su palo de cuatro bases número 175 y con este dejó atrás a Tyrone Woods, un estadounidense que como Rojas tampoco alcanzó la MLB y que militó en la tierra de Samsung y Hyundai entre 1998 y 2002 antes de marcharse a Japón, donde en seis cursos (2003-2008) despachó 240 cuadrangulares.
El palo de Rojas llegó en un momento en que necesitaba recuperar las buenas sensaciones. Junio fue un mes para el olvido (bateó de 60-13 en 15 choques, con un jonrón y ocho remolques) con los KT Wiz, el equipo lo envió a ligas menores el pasado día 21 y lo llamó de vuelta recién esta semana.
En junio de 2017, entonces con 27 años y ocho temporadas en ligas menores sin nunca ser llamado a la MLB, Rojas Jr., jugaba en la sucursal AAA de los Bravos cuando lo dejaron libre. Pero rápido llegó una oferta del otro lado del planeta, hizo maletas hacia Corea del Sur y en 2021 saltó a Japón, donde jugó hasta 2022.
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En esa primera etapa con los KT Wiz devengó US$4.4 millones y en 2020 ni siquiera el Covid-19 lo detuvo. Fue una campaña de 47 jonrones, ganó el premio al MVP, un desempeño que convenció al japonés Hashin Tigers de darle US$5 millones por dos años (2021 y 2022).
El sobrino de los hermanos Alou y primo de Moisés regresó en 2024 a Corea a razón de US$900.000 más incentivos, tras un 2023 decepcionante en su paso por México. Un contrato que se renovó para 2025, ya con 35 años de edad.