Los Indiana Pacers vencieron este miércoles por 116-107 a los Oklahoma City Thunder, protegieron el factor cancha que robaron en el primer partido y colocaron el 2-1 en las Finales de la NBA.
El Gainbridge Fieldhouse de Indianápolis acogerá también el cuarto encuentro, que se jugará este viernes antes de que la serie regrese a Oklahoma para el quinto duelo.
Indiana, que firmó un enorme 32-18 en el último cuarto, nunca ha ganado el anillo de la NBA -sí tiene tres títulos de la ABA– y no jugaba unas Finales desde hacía 25 años.
Fue un partido apasionante, con alternativas para Pacers y Thunder y en el que Indiana acabó triunfando gracias a una excelente aportación colectiva con muchos nombres a resaltar.
Tyrese Haliburton firmó su mejor actuación de las Finales (al borde del triple-doble con 22 puntos, 9 rebotes y 11 asistencias), Bennedict Mathurin dio un recital alucinante desde el banquillo (27 puntos con 9 de 12 en tiros y 10 puntos en el cuarto periodo), T.J. McConnell también revolucionó el encuentro como reserva (10 puntos, 5 asistencias y 5 robos) y Pascal Siakam fue su anotador más consistente (21 puntos y 6 rebotes).
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Su defensa también se creció limitando a Shai-Gilgeous Alexander a 24 puntos (9 de 20) y 8 rebotes. El MVP de esta temporada perdió 6 balones, su mayor cifra en su carrera en ‘playoff‘.
Los Thunder se atascaron con 19 pérdidas que dieron pie a 21 puntos de los Pacers. Llegaron al último cuarto por delante en gran medida por el desacierto en el tripe de Indiana (9 de 27), pero los locales golpearon en la recta final con un 61,9 % en tiros (35,3 % de Oklahoma) y un 3 de 5 desde el perímetro (0 de 4 de los visitantes).
Un cuarto de siglo tuvo que esperar Indiana, un estado en el que el baloncesto es casi una religión, para volver a acoger unas Finales de la NBA. La primera y única vez hasta ahora fue en el año 2000, cuando Reggie Miller y compañía se toparon con Los Angeles Lakers de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal.
Había muchísima expectación estos días en Indianápolis y el Gainbridge Fieldhouse no decepcionó en absoluto ofreciendo un ambiente vibrante durante toda la velada.
Sin embargo, nada de esto intimidó a los Thunder.
Holmgren se lució en el cuarto inicial con una fabulosa demostración de recursos ofensivos al alcance de muy pocos jugadores de 2,16 de altura. El pívot brilló con 13 puntos mientras que Dort le escoltó con un 3 de 3 en triples.
Shai, sin embargo, no estuvo nada cómodo y se quedó en 6 puntos, pero la apabullante defensa de Oklahoma hizo el resto forzando 7 pérdidas de Indiana. Haliburton solo sumó 5 puntos pero repartió 4 asistencias.
Con 24-32 llegó el turno de los suplentes de los Pacers, decepcionantes en el segundo encuentro pero que este miércoles cambiaron por completo el guion del partido.
A la cabeza de la revuelta se situó un incendiario McConnell, el revulsivo perfecto en defensa (3 robos) y el facilitador ideal (6 puntos y 4 asistencias) para que Indiana remontara con un parcial de 15-4 (39-36 con 8.18 para el descanso). La anotación corrió por cuenta de un Mathurin voraz con 14 puntos.
Fueron un tramo sensacional de los de Rick Carlisle, que de repente recordaron al conjunto que abrasó el Este con su intensidad extrema, su ritmo agobiante y sus transiciones letales.
El golpe dejó a Oklahoma temblando. Perdieron 6 balones (solo uno de Indiana) y entre Shai y Williams evitaron que el parcial de 40-28, con Haliburton cada vez más inspirado, no fuera más amplio.
Los Pacers cerraron la parte mandando (64-60) gracias a Mathurin (14 puntos), Haliburton (12 puntos y 7 asistencias) y Siakam (13 puntos). Holmgren (15 puntos), Shai (12 puntos) y Williams (11 puntos) encabezaron a los Thunder.
La reanudación de los visitantes fue la soñada por Mark Daigneault: un 0-8 de salida con Williams abriéndose camino como un tanque en campo de batalla.
Sin embargo, la puñalada de Oklahoma la firmó Williams con un triplazo en el último segundo para situar el 84-89 camino del desenlace (20-29 en el tercer cuarto).
Parecían haber perdido la chispa pero los Pacers nunca mueren y Mathurin y McConnell les resucitaron. Con una energía impresionante, los dos reservas impulsaron un parcial mayúsculo de 23-11 coronado por un triple de Obi Toppin (107-100 a falta de 4.23).
En cambio, todo le salió de maravilla a los Pacers, encadenando triples de Haliburton y Aaron Nesmith y con un taponazo de Myles Turner a un tiro de Holmgren que a falta de dos minutos prácticamente sentenció la victoria.