Contra viento y marea, obviando el consenso de las redes sociales que no asimila su no a la fortuna de extensión que puso sobre la mesa Washington y aguantando reproches hasta de inmortales, Juan Soto ha seguido al pie de la letra la estrategia contractual que diseñó su agente, Scott Boras, y las aguas vuelven a correr a su favor.
«Resiste, resiste y ya verás, cada vez falta menos», debe haberle escrito y dicho de frente, en inglés y hasta en un español balbuceado más de una vez Boras al guardabosque de los Padres, que dentro de 15 meses tendrá más de un equipo en la subasta para quedarse con sus servicios.
Los temores de abril sobre su bate comenzaron a disiparse en mayo y desde entonces se ha visto la versión de Soto que mereció una oferta de US$440 millones hace solo 12 meses.
Soto comenzó mayo bateando para .202/.373/.384 en los primeros 29 partidos de la campaña. Pero desde entonces ha disputado 79 encuentros y coloca una línea ofensiva .302/.443/.570 al irse de 272-82, entre ellos 22 dobles, 17 cuadrangulares y ha remolcado 57 carreras.
Se trata de una media temporada de un candidato al Jugador Más Valioso, ya su línea queda en .275/.424/.520 y tiene el sexto OPS más alto de toda la MLB con .950 con proyección para superar el centenar de vueltas producidas por primera vez desde 2019.
Todo eso mientras lidera con holgura el departamento de boletos (98), viva muestra de la precisión entre vista y manos para seleccionar los mejores lanzamientos y que dispara su porcentaje de embasarse.
El capitaleño lidera a San Diego en las principales categorías ofensivas, desde imparable (102) hasta jonrones (22), incluyendo remolques (68) y también acumula la mayor cantidad de victorias sobre nivel reemplazo (4.2 en FanGraphs), el quinto mayor en toda la MLB.
Dentro de poco menos de un año, San Diego estaría en la disyuntiva que se vivió Anaheim hasta esta semana con Shohei Ohtani. ¿Lo cambio para conseguir material joven o aprovecho una ventana con opciones de Serie Mundial?
Escenario favorable
Boras se aferra a la teoría de que mientras más postores hayan en la subasta mayor puede ser el precio a pagar. De ahí su rechazo a las extensiones, donde solo interviene un club.
Con Soto ha tenido que explicárselo, y él entenderlo, desde 2019 cuando ganó la Serie Mundial con los Nacionales y desde la oficina comenzó el coqueteo para que se «asegure».
Pero el bateador zurdo se ha ido a discutir su sueldo año a año y para septiembre habrá cobrado US$49,804,031 (antes de impuestos) entre salario mínimo y arbitraje. Para 2024 proyecta un salario en la frontera de los US$30 millones en el que será su último bajo control de un club antes de llegar a la agencia libre.
Soto aterrizaría en un mercado con 26 años de edad y sin grandes figuras ofensivas que le hagan sombra cuando se hace la ecuación edad/potencial para un pelotero que buscará un salario promedio anual en el rango de US$40-US$50 millones.
De no acordar para la fecha, entre los jugadores que estarían disponibles serían Pete Alonso, Gleyber Torres, Yoán Moncada, Willy Adames, Cody Bellinger, Alex Bregman, Jorge Soler, Eloy Jiménez y veteranos como José Altuve, Jorge Polanco y posiblemente Marcell Ozuna.
Equipos con tradición de no temblarle el pulso cuando hay que endosar cheques grandes para figuras de alto perfil aparecen con espacios para ser los postores por uno de los mejores bateadores de esta generación.
Los Gigantes solo tienen compromisos de US$52 millones de nómina para 2025, los Dodgers de US$78.5 MM y los Medias Rojas de US$92.9 MM de acuerdo con Spotrac, un sitio especializado en contratos de ligas y jugadores. Los Yanquis tienen atados US$167.8 MM para ese año y los Padres US$164.5 MM.