Apenas ha transcurrido el 11% del calendario de serie regular, pero el desempeño de Juan Soto con el madero tiene a muchos impacientes. Desde que llegó a los Padres en agosto pasado “amenazando” a la oposición desde su presentación, en San Diego esperan por esa mejor versión del dominicano.
Con la camiseta de los californianos, el capitaleño arribó el lunes al partido 70. En ese tramo presenta una línea ofensiva de .218/.377/.383 en promedios de bateo, embasarse y extrabases en 243 turnos, con nueve jonrones y 23 carreras remolcadas, con un OPS ajustado de 120, es decir, un aporte del 20% por encima la media de la liga.
Con los Nacionales, entre su debut en 2018 y hasta el primero de agosto pasado, su línea fue de .291/.427/.538 en 565 partidos, con un OPS+ de 160, con un promedio de 33 vuelacercas y 97 producidas por campaña.
La alarma ha sido activada temprano y hay razones para ello, a pesar de que su historial dice es que un bateador que carbura en junio.
El peor inicio
Tras 18 partidos, Soto tiene el peor arranque de su carrera en ese tramo. Solo batea para .164 (61-10), su OBP se mantiene alto (.346), como de costumbre, empujado por el alto número de boletos que recibe, y su slugging llega a .361. Lleva tres jonrones y siete carreras remolcadas.
¿Encontró la liga la forma de neutralizar al que hasta principio de 2022 era señalado como el jugador ofensivo más letal? El bateador zurdo recibe una transferencia el 22% de las veces que va a la caja.
Vista de águila
En lo que va de 2023 Soto recibe la mayor cantidad de lanzamientos por turnos al bate de su carrera. Son 5.5 pitcheos de media por viajes oficiales al home plate. ¿Síntoma de que mantiene buena vista, de que no se va con lanzamientos “malos” o de que tiene que ser más agresivo?
En las redes sobran los consejeros, desde fanáticos hasta periodistas, incluyendo exjugadores.
En 2018, cuando aterrizó en la liga y en sus primeros 18 juegos puso una línea de .345/.433/.621, con cuatro jonrones y 10 remolcadas, recibió 4.9 lanzamientos por turno.
El lunes ante los Cerveceros extendió a cinco su cadena de partidos sin pegar por terreno de nadie, su segunda racha más larga.
Pero no todos los números que se alimentan de cada turno de Soto son negativos. El 54% de sus imparables llegan en la categoría de HardHit, que superan las 95 millas en velocidad de salida, entre los mejores ocho de la MLB.
Su promedio de bateo estimado sube a .254, es decir, que los batazos que sacudió pudieron ser imparables, 90 puntos por encima de lo que dice su average real, de acuerdo a Savant, la plataforma de estadísticas de última generación de la Major League Baseball.
Punto débil
Soto sigue vulnerable al sinker (.125) y al slider (.125), pero también ha lucido mal ante las curvas (.143). También va por debajo en la recta de cuatro costuras (.222), un lanzamiento que de por vida batea para .298, y su mejor desempeño llega con el cambio (.333), aunque el 14% de los pitcheos han sido de ese tipo.